La lluvia seguía acompañándonos en la visita al Prado. Fue una visita muy rápida por falta de tiempo, a ese museo tengo que volver yo con más calma.
El Museo Nacional del Prado es uno de los más importantes y visitados del mundo. Su principal atractivo radica en la amplia presencia de Velázquez, el Greco, Goya, Tiziano, Rubens y el Bosco, de los que posee las mejores y más extensas colecciones que existen a nivel mundial, a lo que hay que sumar destacados conjuntos de autores tan importantes como Murillo, Ribera, Zurbarán, Rafael, Veronese, Tintoretto, Van Dyck o Poussin, por citar solo algunos de los más relevantes.
No dejan hacer fotos dentro del museo, lo que me parece muy mal. En el Louvre puedes hacer todas las fotos que quieras y con la cámara grande. Saqué el móvil disimuladamente para hacer una foto a un cuadro de El Bosco y un tipo con cara de rottweiler se me echó encima echando espuma por la boca. Después me percaté de que el vigilante en cuestión me iba siguiendo por toda la sala sin quitarme ojo de encima, no fuera que se me ocurriera sacar de nuevo esa arma de destrucción masiva que es mi móvil. Por cierto, yo las fotos las hago siempre sin flash, por lo que nadie me puede acusar de estropear cuadros.
Delante de una de las puertas del museo está la estatua del señor Goya.
Y en los alrededores, la vegetación mostraba esos colores de otoño, que debido a la oscuridad del día y a la lluvia quedaban bastante deslucidos.
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